ORÍGENES DE LAS MASAS INDUSTRIALIZADAS
El consumo de las masas alimenticias se remonta a la historia de la alimentación de los pueblos antiguos. Aunque existen teorías controvertidas sobre su verdadero origen, diversos registros demuestran que este tipo de comida fue introducida en distintas regiones por invasores, viajeros e inmigrantes, entre otros medios, hasta formar parte de la cultura alimentaria mundial. Con variaciones en la preparación, el formato y los acompañamientos, las pastas forman parte de la dieta diaria en muchos países por su versatilidad gastronómica y su valor nutritivo, combinados con la comodidad y la economía.
El análisis de restos de fideos hallados en un cuenco de arcilla en el yacimiento arqueológico de Lajia, en Qinghai (China), teniendo en cuenta su composición vegetal y biomarcadores, aportó pruebas de la producción y el consumo prehistóricos de fideos tipo tallarín hace 4.000 años ( LÜ et a.l, 2014).
En el siglo I d.C., la obra De re coquinaria, supuestamente escrita por el gastrónomo Marcus Gavius Apicius, describe (Patina Cotidiana, Libro IV, Pandecter) la preparación de un plato que entremezclaba capas de una mezcla de huevos, carne y aderezos con laganum, lo que se asocia con la receta tradicional de la lasaña (APICIUS, s.d.).
Francesco Di Marco Da Prato Datini, comerciante italiano, escribió en el siglo XIV sobre ravioles rellenos de carne de cerdo molida, huevos, queso, salsa y azúcar (BRITANNICA, 2020).
En el siglo XVIII, la obra de Paul-Jacques Malouin Description et détails des arts du meunier, du vermicelier et du boulenger (1767) describía el proceso de fabricación de las pastas, que exigía mucho trabajo. (MUUSERS, s.d.).
A partir de 1870, los inmigrantes italianos establecieron inicialmente colonias en el sur y sureste de Brasil y, más tarde, en varios otros estados. A pesar de atribuirse únicamente a las grandes fábricas, la actividad industrial también se desarrolla en entornos domésticos, en panaderías, restaurantes y otros pequeños establecimientos.
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